¡Hola amantes del automovilismo y la seguridad vehicular!
Hoy quiero compartir con vosotros una información esencial para todos aquellos que disfrutan de la carretera, ya sea en viajes largos o en el día a día urbano. Se trata del Sistema de Monitorización de Presión de Neumáticos, comunmente conocido por sus siglas en inglés, TPMS. Este dispositivo no solo es un requerimiento obligatorio en todos los coches nuevos vendidos en Europa desde 2014, sino que también juega un papel crucial en nuestra seguridad y la eficiencia del vehículo.
**¿Qué es y cómo funciona el TPMS?**
El TPMS es una tecnología diseñada para vigilar continuamente la presión de los neumáticos del vehículo. Si la presión de alguno de ellos cae por debajo de un umbral seguro, el sistema alerta al conductor mediante un indicador en el tablero, generalmente una luz amarilla con la imagen de un neumático y una señal de exclamación, o las letras TPMS en color naranja.
Existen dos tipos principales de sistemas TPMS. El directo, que mide la presión a través de sensores en las válvulas de los neumáticos, proporcionando datos en tiempo casi real en el salpicadero. Y el indirecto, el cual utiliza el sistema ABS del coche para estimar la presión mediante el análisis del giro de las ruedas; este sistema requiere que el conductor recalibre el dispositivo después de ajustar la presión de los neumáticos o cambiar una rueda.
**Importancia del TPMS**
Una correcta presión de neumáticos es vital para asegurar la máxima eficiencia y seguridad durante la conducción. Se estima que un 40% de los accidentes de tráfico relacionados con fallos en los neumáticos provienen de circular con una presión inadecuada. Además, mantener la presión óptima de los neumáticos no solo previene accidentes, sino que también reduce el consumo de combustible y las emisiones de CO2. Esto significa que un neumático con solo 0.3 bar menos de lo recomendado puede aumentar el consumo de combustible en un 1.5%.
**Pero, ¿es suficiente con confiar en el TPMS?**
No completamente. Los fabricantes aconsejan verificar regularmente la presión de los neumáticos ya que es simple y puede corregirse rápidamente. Además, los sensores del TPMS al estar montados en las llantas o integrados en la banda de rodadura pueden ser susceptibles a daños por golpes o incluso al desmontar los neumáticos. Y no olvidemos las baterías de estos sensores, que suelen tener una vida útil de aproximadamente cinco años, lo cual, eventualmente, requerirá un cambio del sensor completo.
En resumidas cuentas, el TPMS es una herramienta excelente para la seguridad y eficiencia al conducir, pero es esencial complementar su uso con controles regulares de la presión de los neumáticos.
Si te ha picado la curiosidad o simplemente quieres profundizar más sobre cómo tu vehículo te mantiene seguro en la carretera, te invito a visitar worldcars.es. Allí encontrarás una explicación más detallada y gráfica sobre el funcionamiento y la importancia del TPMS, un pequeño esfuerzo para mantenernos a todos más seguros en la carretera.
Conduce seguro y mantén siempre tus neumáticos en check. ¡Hasta el próximo post!